Saturday, May 30, 2020

El Mundo vs el Virus
Rubén M. Perina, Ph.D.

(publicado en Clarin 19-4-"20)


La pandemia del coronavirus es la principal y más feroz amenaza que enfrenta el mundo contemporáneo. Urge una respuesta colectiva y de cooperación global y regional.

Interdependencia y globalización. La modernización en las tecnologías de la comunicación y la información, los menores costos en producción, transporte, comercio, servicios, y el consecuente desarrollo socio-económico mundial han generado una mayor interacción entre estados, sociedades e individuos. Resulta de ello la creciente interdependencia y globalización en casi todos los aspectos de la vida, y la imperiosa necesidad de cooperación y solidaridad internacional para manejar la mayoría de los desafíos/amenazas que enfrenta la humanidad: terrorismo, proliferación nuclear, pandemias, desastres naturales, dictaduras y tiranías, refugiados, y otros. 

Estados Unidos lideró ese orden internacional interdependiente, globalizado y liberal, impulsando la recuperación económica de sus aliados y sus enemigos en Europa y Asia, y encabezando la alianza liberal que derrotó al totalitarismo comunista (soviético/maoísta), en una Guerra Fría que hizo colapsar la Unión Soviética en 1989. Luego comandó la guerra contra el terrorismo desde el ataque a las torres de Nueva York en 2001.

La presente amenaza. Hoy el mundo enfrenta una amenaza y una crisis sin precedentes, facilitada por la creciente globalización; pero que no proviene de un Estado o de un grupo terrorista transnacional. La amenaza es extra-humana, invisible, vertiginosa, letal y no reconoce fronteras. Un virus de origen animal para el cual no hay medicinas o vacunas que lo contengan.  Nadie estaba preparado para responder a su propagación pandémica. Lo único que parece mitigarlo es el lavado constante de las manos, el no tocarse la cara y el distanciamiento social, que paraliza las economías interdependientes del mundo y destruye la vida de millones. Uno se puede morir de covid-19, de “hambre” o de depresión por el confinamiento obligado.

A pesar de la gravedad de la crisis, escasea el liderazgo y la coordinación de una respuesta colectiva de cooperación inter-estatal mundial para contrarrestar el ataque del patógeno, o para evitar el colapso de las economías del mundo. La respuesta a la pandemia hasta ahora ha sido mayormente unilateral, cada país por su lado, como si alguien hubiese ordenado su confinamiento. En el área de la salud apremia la cooperación para la provisión de mascaras, batas, guantes, respiradores, medicinas, instrumentos de testeo, así como para el desarrollo de medicamentos y vacunas. Lo mismo en loeconómico/financiero, para generar liquidez, minimizar bancarrotas y desempleo, garantizar servicios esenciales y prevenir la depresión económica.

Liderazgo menguante.  Estados Unidos, con la economía más rica del mundo, ha abdicado su liderazgo global. Su gobierno ni siquiera ha respondido a tiempo, o de manera coherente, integrada y contundente a la emergencia sanitaria nacional. El presidente Trump, por desidia o incompetencia, minimizó o ignoró la gravedad de la pandemia por meses, a pesar de las advertencias de asesores y de sus agencias de inteligencia. Han salvado la situación la capacidad logística de los militares y la Agencia de Emergencias (FEMA), el expertisedel Centro para el Control de Enfermedades y el liderazgo de los gobernadores estatales. El Congreso ha aprobado un fondo de rescate socio-económico y financiero por 2.7 trillones de dólares, y la Federal Reserve (Banco Central) otros 2.3 trillones de alivio, pero la burocracia complica su implementación y hasta le envía dinero a compañías que no lo necesitan.  El gobierno ni pretende liderar una respuesta colectiva global.  Más bien, ha pugnado con Alemania y Canadá para obtener insumos de protección médica. Y con China, país que desafía su liderazgo mundial, no han cesado las imputaciones mutuas sobre el origen del virus. 

Cooperación internacional incipiente.  La Unión Europea ha emprendido varias iniciativas (subsidios, créditos, garantías, transferencias, asesoría, reducción de regulaciones) en apoyo a sus miembros para combatir el virus y mitigar el colapso socio-económico. Busca así fortalecer el sistema sanitario con insumos y equipos necesarios; y en lo socio-económico y financiero trata de inyectar liquidez (más de 500 billones de euros) en diversas economías (España, Italia, Grecia) para evitar mayores quiebras y despidos. El temor de Alemania y Holanda a la indisciplina fiscal limitó el rescate al sector de salud pública.  

El G20, grupo de las principales economías del mundo, ha prometido un rescate económico financiero por 5 trillones de dólares. Naciones Unidas ha exhortado al mundo a cooperar para “contener, mitigar y derrotar el virus,” y la Organización Mundial de la Salud impulsa la investigación sobre medicamentos y vacunas y asesora con guías para la contención y mitigación del virus.El FMI se propone aliviar la deuda de países emergentes y el Banco Mundial reprograma proyectos y aprueba el desembolso rápido por 3.6 billones de dólares en más de 40 países (incluyendo Argentina, Ecuador y Haití), encaminados a prestamos, subsidios y asesoría para la compra de suministros sanitarios y el funcionamiento de hospitales y laboratorios, así como para evitar el colapso de la producción y del empleo en pequeñas empresas. Cuenta además con 160 billones para futuras operaciones.  

El BID ha re-direccionado sus proyectos y dispone de 12 billones para el fortalecimiento de los sistemas de salud, la protección de los más vulnerables y el sostenimiento de la producción y el empleo. Los presidentes de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay, con la llamativa ausencia de Argentina y Brasil, se reunieron virtualmente en el marco del Foro Prosur para elaborar una respuesta colectiva a la pandemia. En la OEA, sus miembros realizarán una de reunión virtual para considerar la crisis y usarán el Mecanismo de Negociación Conjunta para compras gubernamentales de insumos médicos a precios módicos. 

Conclusión. La gravedad de la pandemia exige una respuesta multinacional, concertada, más contundente, de cooperación sanitaria y económica.  Ningún país puede enfrentarla solo. Urge, por lo menos en el hemisferio, un liderazgo que la concierte.   




Trump vs el Coronavirus 
Rubén M. Perina, Ph.D.
(versión actualizada de la que apareció en Clarín, 5-4-20)


¿Cómo ha respondido el gobierno el presidente Trump a la vertiginosa y agresiva pandemia generada por el coronavirus?   Un enemigo extra-humano, invisible, silencioso, letal, que no sólo infecta y mata a la gente directamente; sino que, además, al tratar de contenerlo vía confinamiento social, colapsan las economías del mundo y se destruye la vida de millones. 

Los límites del sistema. La respuesta ha sido decepcionante e inadecuada Estados Unidos, la democracia más antigua del mundo con la economía más rica del globo,  exhibe sin embargo un sistema de gobierno federal, con una fuerte división poderes entre el nivel federal,  estatal y municipal, que de por sí constituye una seria limitación estructural a la capacidad del gobierno nacional de responder en forma centralizada, coordinada, rápida y efectiva. La limitación se acentuó con la desidia e incompetencia de la administración Trump. El presidente ignoró y minimizó las noticias en los medios y las advertencias que sus asesores y agencias de inteligencia le hicieron en enero. Caracterizó las noticias como una farsa, aseguró que el patógeno sería fácilmente controlado y acusó a los medios de alarmistas y de querer perjudicar su re-elección.  

Demora e incoherencia. Pero cuando la pandemia ya era una realidad a mediados de marzo, se evidenció la falta de preparación de su gobierno, así como la demora en liderar y coordinar una respuesta federal. Crecía la crítica de gobernadores y alcaldes por la falta instrumentos para pruebas de infección (testeo)y de insumos médicos requeridos en los hospitales. La bolsa de valores se derrumbaba (30%) y la economía caía en recesión. Cundía confusión y no se percibía en la presidencia una estrategia integradora, ni sentido de urgencia o propósito común. 

Recién a mediados de marzo, el presidente decretó el distanciamiento social voluntario que, luego, ante la creciente gravedad, lo expandió hasta final de abril. Canceló vuelos de China y luego de Europa; impuso un cierre de fronteras; instaló el tele-trabajo para el gobierno; anunció que dos navíos-hospitales llegarían a Nueva York y a los Ángeles; y después de insistir que no era necesario, activó el Decreto de Defensa de la Producción de 1950, exigiendo al sector privado producir insumos de protección médica y respiradores; y anunció que el gobierno federal distribuiría los que tuviese disponible.  Para enfrentar la crisis sanitaria, ha movilizado el Centro para el Control de Enfermedades, un Grupo de Tarea, la Agencia Federal de Administración de Emergencias, el Departamento de Salud y el Departamento de Defensa. También cuenta en el sector económico/financiero con la Agencia para Pequeñas Empresas, el Departamento del Tesoro (Ministerio de Economía) y la Reserva Federal (Banco Central). 

Pero hasta el 4 de abril, los hospitales en los estados más afectados (New York, California, Washington, Illinois, Michigan, Louisiana) no daban abasto, al igual que doctores, enfermeras y técnicos; escaseaban las pruebas, así como camas, ropa protectora (guantes, máscaras, batas etc), respiradores, y no existe medicina o vacuna alguna todavía. Tampoco se observaba todavía una política coherente y contundente de confinamiento social a nivel federal ni de distribución de insumos de tratamiento y protección.  

Salvataje del Congreso. Mientras tanto, el secretario del Tesoro y líderes del Senado y la Cámara de Representantes (controlada por la oposición), acordaron tres paquetes legislativos de emergencia para la provisión de insumos médicos y rescate de la economía. El más grande se aprobó a finales de marzo, vía la ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica(CARES Act)por el sideral monto de 2.2 trillones de dólares. Trump lo firmó inmediatamente. La masiva respuesta busca evitar el colapso del sistema económico/financiero, con garantías, subsidios, transferencias y préstamos para bancos, corporaciones, familias e individuos, a fin de mantener la liquidez, la producción, el empleo, los servicios y el consumo durante la parálisis económica causada por el confinamiento social. 

Los beneficiados.La ley apunta a mantener funcionando a pequeñas empresas,así como a las grandes corporacionesmás afectadas (transporte, aviación, automotores, hotelería, gastronomía, turismo), incluyendo las del sector bancario y el agrícola-ganadero. En el sector socialse distribuirán 300 billones de dls. para hogares e individuos --con alivios para pagos de seguros médicos y la expansión del seguro de desempleos y de programas de alimentación y nutrición de niños. Asimismo, se beneficiarán trabajadores informales y auto-empleados, jubilados, universitarios, fundaciones y organizaciones filantrópicas. Hospitalesdispondrán de subsidios y líneas de crédito para la adquisición de insumos médicos y pagos por el seguro de salud de pacientes. Farmacéuticas y Universidadesrecibirán apoyo para acelerar el desarrollo de vacunas y remedios, al igual que productores de insumos protectores y respiradores.Los gobiernos estatalesy municipalesrecibirán billones para evitar despidos y mantener sus servicios de educación, transporte, salud pública, y otros.

Liderazgos sustitutivos. Ante la respuesta, fragmentada, incompetente y tardía de la presidencia, losgobernadoresde los estados más afectados han asumido el liderazgo de confinar a la población, de conseguir (compitiendo entre sí) los insumos sanitarios y de enfrentar la avalancha de infectados y muertos, sin los recursos necesarios. Su clamor público y demandas revelaron la desidia de Trump.  La empresa privada, también se ha unido al esfuerzo nacional, anunciado (Ford, GM, 3M, y varias otras) que reconvertirán su capacidad productiva hacia insumos, pruebas, medicinas y el desarrollo de vacunas. 
         
Conclusión.Le atañe ahora al gobierno federal salir de su inoperancia e implementar con rapidez y eficacia (lo que está en duda) el  paquete de alivio y rescate,  así como un programa masivo de testeo para identificar los infectados y asintomáticos (los más contagiosos), y toca a los ciudadanos permanecer atrincherados y precavidos, lavándose las manos constantemente y respetando el distanciamiento social para mitigar el contagio, hasta que se encuentre una medicina o vacuna. 

LA NACION, Argentina
este articulo se publico el 11 de marzo, antes de que se retirase el candidato de Peru.
Los retos que enfrenta la OEA
El 20 de marzo los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos OEA ) elegirán un nuevo secretario general ante nuevos e inusitados desafíos. Sus miembros se comprometieron, vía reformas a su Carta Fundacional (1985) y la adopción de la Carta Democrática (CDIA-2001), a "promover y consolidar la democracia representativa". Con ese mandato,  La OEA contribuyó a restaurar la democracia en Haití (1991), Perú (1992), Guatemala (1993) y a prevenir su colapso en Paraguay (1995), Nicaragua (2005), Ecuador (2005 y 2010) y Bolivia (2008); y en 2009 suspendió al gobierno hondureño surgido de un golpe de Estado.

'La OEA dejó de ser un foro que trata solo asuntos de cooperación o conflictos entre sus miembros, para ser uno donde también se tratan sus asuntos internos, en caso de amenazas o ruptura del orden democrático. El principio de la no intervención perdió supremacía. Hoy prevalece la no indiferencia a las transgresiones contra la democracia y los derechos humanos, y el involucramiento solidario y activo en su promoción y defensa; predomina el principio prodemocracia. Así, la OEA enfrenta varios retos.

más urgente es cómo restaurar la democracia en Venezuela y Nicaragua: Venezuela es algo inédito. Desde 2016, los informes del secretario general (SG), Luis Almagro, y Resoluciones del Consejo Permanente (CP) condenaron la dictadura chavista y la tragedia humanitaria y migratoria que causó, y exigieron el retorno a la democracia vía elecciones confiables. En 2018, el SG y el CP y la Asamblea General desconocieron la presidencia de Maduro y reconocieron a Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, como presidente de Venezuela. También reconocieron a su representante ante el Consejo Permanente. En 2019, Maduro se retiró de la OEA. La crisis migratoria, la presencia de la narcoguerrilla colombiana en Venezuela, la injerencia castrista, rusa e iraní amenazan la paz y seguridad regional. También, el SG y el CP condenaron la dictadura de Ortega en Nicaragua y sus crecientes violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, ambas dictaduras siguen vigentes.

Desde su fundación ha rondado en la OEA la cuestión del grado de autonomía y poder que ejerce el secretario general. El tema ha resurgido debido al protagonismo de Almagro, en su incesante condena de las dictaduras de Maduro, Ortega y los Castro, actuación aplaudida por muchos y criticada por otros como extralimitación de su rol. 

El desafío es encontrar un balance entre el liderazgo individual del secretario general y el liderazgo colectivo de los cuerpos gobernantes, un mecanismo que facilite la consulta y la coordinación política entre el SG y el CP, y que podría conformarse entre el secretario general y representantes de los bloques regionales del Consejo Permanente. 

'La autonomía del secretario general, la acumulación y el abuso de poder, las malas prácticas burocráticas, el exceso de asesores y la escasa rendición de cuentas y falta de transparencia fueron quejas de los Estados miembros contra varias administraciones. El mandato del secretario general por 5 años más uno de reelección es demasiado largo y fue cuestionado por los miembros. Un único período de solo 6 años favorecería el surgimiento de nuevos candidatos y de propuestas innovadoras para actualizar la organización.

En crisis institucionales en uno de sus miembros, el CP escucha solo la voz del Poder Ejecutivo, y nunca la de un opositor político. El Grupo de Trabajo sobre Nicaragua creado por el CP, sin embargo, constituye una instancia inédita para el diálogo y la negociación entre el gobierno y la oposición, así como para prevenir la alteración del orden democrático o, en su defecto, restaurarlo. Esta novedosa instancia fortalece a la OEA como foro neutral para apoyar la democracia y merece replicarse.

Hasta los años 80, la cooperación para el desarrollo fue sustantiva en su agenda. Hoy, la OEA no cuenta con los fondos ni el expertise para ser un agente efectivo en ese campo. Ya no puede seguir pretendiendo que es una de sus prioridades. La tarea la pueden realizar el BID, el Banco Mundial y otros bancos regionales, y se podría mudar la Secretaría de Desarrollo Integral a un país centroamericano o caribeño y constituirla en una agencia independiente, al estilo de la OPS o del IICA. Eso reduciría costos y burocracia en la sede.

Los Estados miembros enfrentan el desafío de elegir al próximo SG. Los candidatos hasta ahora son el actual SG, Luis Almagro; la excanciller ecuatoriana y expresidenta de la Asamblea General de la ONU, María F. Espinosa; y Hugo de Zela, embajador peruano ante la Casa Blanca, exembajador ante la OEA y exjefe de Gabinete de los de dos SG previos. Los miembros deberán decidir con cuál de ellos podrán trabajar más efectivamente en la promoción y defensa de la democracia en el hemisferio.

Exfuncionario de la OEA. Autor de The Organization of American States as the Advocate and Guardian of Democracy