Thursday, February 13, 2020


Elección en la OEA y su Nueva Realidad
Rubén M. Perina, Ph.D.*

(versión modificada de la publicada en Clarin el 5 de febrero 2020
)

Para la elección del próximo Secretario General de la Organización de los Estados (OEA), el 20 de marzo próximo, los Estados miembros deberán tener en cuenta la nueva realidad de la Organización. Desde su creación (1948), la OEA ha sido el principal e indispensable foro inter-americano para la cooperación entre sus Estados miembros. En sus primeros 40 años se enfocó en la seguridad, la paz y el desarrollo socio-económico del continente. Hoy su realidad no es la misma:

1. Para 1985, la mayoría de sus miembros retornaron a la democracia y reformaron la Carta constitutiva para promover y defender colectivamente la democracia representativa. La Argentina lideró la iniciativa junto a Brasil, Chile y Uruguay, entre otros. México acompañó reluctante; EEUU se opuso al principio, pero en los 90 la apoyó con entusiasmo, sin dominarla. Aplicando la Resolución 1080 “Democracia Representativa” (1991) y luego la Carta Democrática Inter-Americana (2001), la organización contribuyó a revertir golpes de estados en Haití, Perú, Guatemala o prevenirlos en Paraguay, Nicaragua, Ecuador y Bolivia. En 2009 se suspendió al gobierno hondureño surgido de un golpe de estado.

2. Lo anterior cristalizó un cambio de paradigma en las relaciones inter-americanas a favor del principio pro-democracia, definido como la no-indiferencia a las transgresiones contra la democracia y el involucramiento solidario en su defensa. Así, la OEA ha dejado de ser un foro para tratar sólo asuntos de cooperación o de conflictos entre los Estados miembros, para ser uno donde también se consideran asuntos internos de sus miembros, cuando de proteger la democracia y los derechos humanos se trata.

3. El sacrosanto principio de la No-intervención ha perdido su supremacía absoluta. Al comprometerse los Estados miembros a ejercer y defender la democracia y respetar los derechos humanos, inevitablemente ceden grados de soberanía absoluta y no pueden invocar el principio para ocultar sus transgresiones.  Ya no hay silencio ni indiferencia cuando ellas ocurren.

4.  En los últimos años, sesiones del Consejo Permanente han tratado la situación política interna de Venezuela, Nicaragua, Bolivia, sin el consentimiento de sus respectivos representantes, y a pesar de su objeción y la de otros miembros, que rechazan esta nueva practica multilateral.

5. Recientemente, la organización se ha encontrado con un Secretario General (Luis Almagro) más autónomo o independiente y con más protagonismo político que sus antecesores. Para sus adherentes, sus informes sobre la tiranía chavista/madurista y la tragedia humanitaria causada, han logrado que los Estados miembros se enfoquen en la situación venezolana. Almagro desconoció la legitimidad de Nicolás Maduro, y reconoció al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente (e) de Venezuela. Para sus seguidores (exilados venezolanos, EEUU, Colombia y Ecuador, que han propuesto su re-elección), Almagro es un paladín de la democracia, que además ha elevado la visibilidad y presencia de la OEA en el hemisferio.

Para sus detractores, Almagro es una suerte de “Llanero Solitario” que se ha extralimitado en su rol, y que prácticamente ignora a los Estados miembros, no los consulta ni busca consenso para un mandato que le permita actuar en nombre de la organización en tiempos de crisis. Para éstos, sus duros informes y pronunciamientos públicos contra Maduro lo han descalificado para facilitar negociaciones entre el régimen y la oposición; y no han logrado su caída, pero sí su retirada de la OEA. Tampoco ha pasado desapercibido su comportamiento contradictorio en Bolivia, primero apoyando la re-elección de Evo Morales y luego acusándolo de intentar un golpe de estado vía fraude en las de elecciones del 20 de octubre de 2019. 

6. Varios países han criticado su actuación y no apoyan su re-elección, incluyendo el gobierno saliente de su país, Uruguay.  Antigua and Barbuda y St Vincent and the Grenadines hasta han presentado la candidatura de la ex canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa. Un escenario sin precedentes: dos candidatos a la Secretaría General que no tienen el apoyo de sus países.  Otro candidato, el embajador Hugo de Zela, sí cuenta con el aval de su país, Perú.

7. El Grupo de Lima, los principales 14 países del hemisferio (sin EEUU), se constituyó en 2017 bajo el liderazgo peruano para buscar fuera de la OEA una solución negociada a la crisis venezolana.  Se creó porque la polarización ideológica en el organismo impide consensuar una acción colectiva efectiva, y por la percepción de que la postura combativa de Almagro frente a Maduro no permite al organismo actuar como intermediario neutral en un proceso de negociación. 

8.  Con la misma lógica, en el Consejo Permanente se formó un Grupo de Trabajo sobre la situación en Nicaragua. Su propósito es facilitar la negociación entre el gobierno y la oposición.  La instancia además permite oír la voz de la oposición, inusual para un organismo inter-gubernamental donde sólo se escucha la voz del representante del poder ejecutivo.

Así, en su evaluación de los candidat@s para la Secretaría General, los Estados miembros tendrán que considerar cuál de ell@s representa la mejor opción para manejar una organización que en los últimos años ha experimentado cambios significativos en su naturaleza.




*  Ex funcionario de OEA. Autor del libro The Organization of American States as the Advocate and Guardian of Democracy, 2015

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